aborto

NOTICIA COMENTADA 543

14.11.2022

El obispo Schneider defiende la «desobediencia de una orden papal que cambia o debilita la integridad de la fe, la Constitución Divina de la Iglesia y la liturgia». INFOVATICANA. Por Redaccioninfovaticana. 25oct22. https://infovaticana.com/2022/10/25/el-obispo-schneider-defiende-la-desobediencia-de-una-orden-papal-que-cambia-o-debilita-la-integridad-de-la-fe-la-constitucion-divina-de-la-iglesia-y-la-liturgia/

Resumen:

El obispo Athanasius Schneider ha escrito una reflexión en LifeSiteNews sobre los límites de la obediencia al Papa. Cabe señalar, que el obispo auxiliar de Astaná hace referencia a un concepto olvidado o desconocido para muchos católicos. Ante cualquier duda, en última instancia por encima de la autoridad papal siempre ha de estar la conciencia recta y bien formada de cada uno.

La santa Iglesia es ante todo y en lo más profundo una institución divina, y es un misterio en su sentido sobrenatural. En segundo lugar, tiene también la realidad humana y visible, los miembros visibles y la jerarquía (Papa, obispo, sacerdote).

Cuando la Madre Iglesia está pasando por una de las crisis más profundas de su historia, como la está pasando en nuestro tiempo, donde la crisis toca todos los niveles de la vida de la Iglesia de manera espantosa, la Divina Providencia nos está llamando a amar a nuestra Madre Iglesia, que es humillada y burlada no en primer lugar por sus enemigos, sino desde dentro por sus pastores.

El misterio de la Iglesia es más grande que el Papa o el obispo.

Ser fiel a la Iglesia no significa obedecer interiormente todas las palabras y actos de un Papa o de un obispo, ya que el Papa o el obispo no son idénticos a toda la Iglesia.

La Iglesia Católica es la única Iglesia que Cristo fundó, y es voluntad expresa de Dios que todos los hombres lleguen a ser miembros de Su única Iglesia, miembros del Cuerpo Místico de Cristo. La Iglesia no es propiedad privada de un Papa; más bien, él es sólo el vicario, el servidor, de Cristo.

Sin embargo, si un Papa crea confusión y ambigüedad con respecto a la integridad de la fe católica y de la sagrada liturgia, entonces no hay que obedecerle, y hay que obedecer a la Iglesia de todos los tiempos y a los Papas que, durante dos milenios, enseñaron constantemente y claramente todas las verdades católicas en el mismo sentido.

COMENTARIOS 

La razón de ser de este artículo es que cada vez más católicos están reaccionando contra las ideas de algunos jerarcas de la Iglesia, especialmente Francisco, que, en lugar de custodiar y defender las verdades de fe, crean confusión entre los fieles, afirmando cosas o realizando acciones que contradicen las enseñanzas de Cristo.

Iniciaron sorprendidos por las innovaciones a partir del Concilio Vaticano II, pero especialmente las de Francisco; después pasaron a una incredulidad pasiva, pensando que habría errores en la interpretación de lo que decía o hacía Bergoglio, pero han pasado a una fase donde cuestionan sus acciones y decisiones, pues se han dado cuenta que contradicen la doctrina que aprendimos desde niños. Y de allí ha surgido la pregunta si se debe obedecer a Francisco en todo lo que propone.

Mons. Schneider contesta tajantemente a este cuestionamiento: no se debe obedecer a un papa si lo que dice es contrario a las enseñanzas de la Iglesia. El papa es infalible solo cuando -es legítimo papa- y habla excátedra, cuando, con este privilegio, aborda definiciones en materia de fe y costumbres. Todo lo dice en materia de política, economía, ecología, y demás temas mundanos, son solo opiniones personales.

La misión docente de la iglesia consiste en custodiar y transmitir lo enseñado por Cristo y sus apóstoles. La Revelación tiene su plenitud en Cristo y terminó con la muerte del último de los apóstoles, que escucharon directamente sus palabras. Dice el P. Faria: "La revelación pública terminó con los Apóstoles; después de ellos, Dios no ha revelado nuevas verdades que sean objeto de fe."[1]

Hay una máxima que se atribuye al Papa Esteban indicándole a San Cipriano: "Nada de novedades; sólo lo que se ha transmitido".[2]

No se puede innovar, inventar o proponer nuevos dogmas, que es exactamente lo que ha hecho esta iglesia postconciliar. Hay muchos ejemplos de esto: "todas las religiones son queridas por Dios" lo cual es falso, pues sólo una es la verdadera; la adoración a la Madre Tierra y el cuidado de la casa común, que no es otra cosa que idolatría y panteísmo, condenados por la Iglesia; o la negación de la necesidad de la evangelización, lo cual contradice las palabras de N. S. Jesucristo: "Id por todo el mundo: predicad el Evangelio a todas las criaturas. El que creyere y se bautizare, se salvará: pero el que no creyere, será condenado." (Mr. 15, 15-16). De hecho es una condición sin la cual no hay salvación.

La iglesia no es propiedad de un papa o de los obispos; son sólo representantes de su fundador, N. S. Jesucristo. Lo que dice Francisco, tiene que analizarse a la luz de la Revelación. Y si no coincide, no sólo no debemos obedecerle, sino además está incurriendo en herejía.

Lo que Mons. Schneider declara es que primero hay que obedecer a Dios que a los hombres, fundamentada en la recta conciencia, y nadie, ni siquiera un papa, puede obligarnos a lo contrario.

El problema es que ahora es la misma iglesia la que propone herejías, como dice Monseñor Schneider:

"...la que es humillada y burlada, no en primer lugar por sus enemigos, sino desde dentro por sus pastores"...

"Sin embargo, si [Francisco] crea confusión y ambigüedad con respecto a la integridad de la fe católica y de la sagrada liturgia, entonces no hay que obedecerle, y hay que obedecer a la Iglesia de todos los tiempos y a los Papas que, durante dos milenios, enseñaron constantemente y claramente todas las verdades católicas en el mismo sentido."


[1] Faría, R. 1959. Curso Superior de Religión. Bogotá, Librería Voluntad. P. 23.

[2] Bernardinus. 16 de diciembre de 2012. Precursores y peritos del Concilio Vaticano II. Política y Polyticas. https://polyticas.wordpress.com/2012/12/16/precursores-y-peritos-del-concilio-vaticano-ii-algo-de-historia-de-la-iglesia-de-hoy/ 


aborto