NOTICIA 516
Y los conservadores se marcharon entristecidos. CAMINANTE WANDERER. 07sep22. https://caminantewanderer.blogspot.com/
Resumen:
Me preguntaba acerca del motivo por el cual muchos católicos son incapaces de ver lo evidente. Y esa pregunta suscita el recuerdo del episodio evangélico narrado por San Marcos (10, 17-27). Se trata del encuentro del Señor con el joven rico, el cual "se marchó triste" de su presencia.
El joven rico tenía un buen corazón y sinceros deseos de acercarse a Dios, y hacía obras buenas que nadie podía negar. Sin embargo, frente a la posibilidad de hacer algo concreto y aún más radical para seguir a Jesús, se marcha entristecido, pues decide que ese nuevo paso es ya demasiado. No deja de ser un hombre bueno, no abjura de sus buenas obras ni de sus intenciones de vivir de acuerdo a la ley de Dios; simplemente no hace nada; se entristece, y se marcha.

Yo conozco a muchos buenos sacerdotes y muchos buenos laicos a los que podría denominar "conservadores". Sus buenas obras están a la vista de todos; su caridad y su servicio hacia los enfermos y los pobres está fuera de duda y su voluntad de servir en fidelidad a Jesús es innegable. Además, son conscientes de la gravedad de la situación en que se encuentra la Iglesia, ven el estado de postración a la que la ha llevado el papa Francisco y no niegan que la debacle comenzó con el Concilio.
Es una conducta curiosa. La inteligencia ve la situación y asiente a las premisas pero no llegan a la conclusión. Juzgan y elaboran con esos juicios un razonamiento correcto, pero no concluyen... Voluntarismo puro o estupidez insuperable, los únicos modos de seguir repitiendo dócilmente los mismos fonemas que el conservadurismo católico repite desde hace más de cincuenta años.
Como bien se dice, los conservadores no son más que progresistas con tránsito lento. Es cuestión de tiempo. Tarde o
temprano terminarán aceptando las novedades.
COMENTARIOS
Interesante y retadora reflexión de Wanderer para quienes nos definimos como católicos que deseamos mantener intacto el depósito de la fe, la Doctrina Cristiana. Fieles a las Escrituras y a la Tradición.
El punto de partida es el relato evangélico de San Marcos (10, 17-22):
Así que salió para ponerse en camino, vino corriendo uno, y arrodillado a sus pies, e preguntó: ¡Oh buen Maestro!,
¿qué debo yo hacer para conseguir la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino
sólo Dios. Ya sabes los mandamientos que conducen a la vida: No cometer adulterio, no matar, no hurtar, no decir
falso testimonio, no hacer mal a nadie, honrar padre y madre. A esto respondió él, y le dijo: Maestro, todas esas
cosas las he observado desde mi mocedad. Y Jesús, mirándole de hito en hito, mostró quedar prendado de él, y le
dijo: Una cosa te falta aún; anda, vende cuanto tienes, y dalo a los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo: y
ven luego y sígueme. A esta propuesta, apenado el joven, fuese muy afligido, pues tenía muchos bienes.
Y los conservadores se marcharon entristecidos.
La narración evangélica es un retrato fiel de lo que sucede con nosotros. Estamos conscientes del problema de la iglesia en la actualidad; nos dolemos por las irreverencias y sacrilegios que suceden en nuestros templos; enfurecemos por la difusión de la herejía que ya carcome toda la estructura de nuestra religión. Pero no hacemos nada. No hay congruencia entre el pensamiento y la acción.
Queremos que otros vengan a solucionar los problemas. Nos justificamos pensando que el problema es muy grande para nuestras fuerzas. No queremos salir de nuestra "zona de confort", ni siquiera para manifestar nuestras inconformidades.
Al igual que el joven rico del Evangelio, no renunciamos a nuestras posesiones por temor a perderlas: una vida más o menos cómoda, un empleo estable con un sueldo al menos suficiente, un lugar para descansar y cierta seguridad familiar. Además del qué dirán, pues nuestros vecinos se darán cuenta que somos "rígidos" tradicionalistas.
Entonces marchamos entristecidos, porque no somos capaces de renunciar a nuestras comodidades para seguir a Jesús.
Los conservadores no son más que progresistas con tránsito lento.
Hay una sentencia muy conocida: "quien no actúa como piensa, terminará pensando como actúa". Por eso dicen que los conservadores tarde o temprano terminaremos siendo progresistas, porque a causa de la inacción, terminaremos aceptando las propuestas modernistas. De manera consciente o no, se irán filtrando en nuestro comportamiento, hasta que finalmente aceptemos que no se puede hacer otra cosa, que seguir las consignas de quienes se dicen líderes de la Iglesia, aunque sea evidente su acción demoledora.
Este pequeño artículo es una buena oportunidad para analizar nuestra fidelidad a Cristo. Él mismo lo ha señalado para todos nosotros: "El que no está por Mí, contra Mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama". (Mt. 12, 30)