NOTICIA 509
Submundos: II La Masonería. INFOCATÓLICA. Por Monseñor Héctor Aguer. 09ago22. https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=44128
Resumen:
La Masonería constituye un verdadero submundo en el mundo, en competencia y lucha contra la Iglesia Católica.
La aparición de la Masonería moderna fue en Inglaterra hacia 1717. La Iglesia Católica la identificó inmediatamente como un enemigo implacable, que revestía muchas veces el ropaje de la Iglesia Anglicana.
En 1738 el Papa Clemente XII condenó a la sociedad masónica mediante la Constitución Apostólica "In eminenti". A esta reprobación siguen cerca de 200 intervenciones de la Santa Sede que presentan a la Masonería como implicada en persecuciones a la Iglesia, en ocasión de revoluciones «contra el trono y el altar» que se suscitaron en los siglos XVIII al XX. Además, el Código de Derecho Canónico, promulgado en 1917 por Benedicto XV, sancionaba con la excomunión a quienes dieran su nombre a las sociedades masónicas. La Encíclica de León XIII "Humanum genus" puede ser considerada como el texto pontificio más relevante y completo; lleva por subtítulo: "De secta masonum" (Sobre la secta de los masones).
Como corresponde a un verdadero submundo, el secreto es fundamental; los grados inferiores ignoran lo que se trata y decide en los superiores y supremos. Los elementos seudoreligiosos -por ejemplo, ritos y templos- hacen de la Masonería una contraiglesia. Este nombre revela finalidad y acción de la secta: procurar la destrucción de la Iglesia Católica. Estos datos explican también la vinculación de la Masonería con otros movimientos y corrientes que coinciden en el propósito, y justifican la alusión a la presencia y acción del demonio.
La descristianización de la cultura moderna señala el éxito de los intentos masónicos, que han sido facilitados por el secreto y la habilidad para infiltrarse en los movimientos políticos, los gobiernos y la misma Iglesia, a fin de debilitarla desde dentro e impedir la obra de la evangelización. Tradicionalmente Masonería y Comunismo han sido aliados.
Ha sido una táctica permanente de la Masonería procurar infiltrarse en la Iglesia, y frecuentemente ha logrado su objetivo. Suelen hacerse nombres de prelados que son masones o que favorecen los principios de la Masonería. En el Vaticano actual no deben faltar los masones.

COMENTARIOS
El artículo de Mons. Aguer es muy rico en cuanto a información, pero sólo comentaremos dos puntos: el fundamento naturalista de la masonería y su infiltración en la Iglesia. Recomendamos la lectura completa de este interesante artículo.
Dice Mons. Héctor Aguer:
La masonería es una sociedad secreta que tiene como principio fundamental el Naturalismo, según el cual «la naturaleza humana y la razón natural del hombre han de ser en todo maestras y soberanas absolutas. Establecido este principio niegan toda revelación divina; no admiten dogma religioso alguno, ni verdad alguna que no pueda ser alcanzada por la razón humana. Rechazan todo maestro a quien haya que creer obligatoriamente, como es oficio propio y exclusivo de la Iglesia Católica guardar y defender en su incorrupta pureza el depósito de las doctrinas reveladas por Dios».
El naturalismo, como doctrina ya sistemática, aparece en el Renacimiento, precisamente como una opción contraria al teocentrismo de la Edad Media. Como punto de partida, anteponen al hombre sobre Dios, niegan la naturaleza caída de la humanidad (el pecado original) y en consecuencia, la necesidad de la Redención. Es decir, el hombre no necesita de Dios, y la razón es suficiente para comprender el mundo y resolver los problemas. Por lo tanto, no es necesaria la fe ni la Revelación.
La masonería rechaza la Doctrina de la Iglesia Católica, porque sus dogmas necesitan de la fe, una virtud sobrenatural, incomprensible para la sola inteligencia humana. En consecuencia, la enseñanza de la Iglesia es inadmisible, porque presenta verdades inmutables que deben ser aceptadas, y que son necesarias para la salvación.
Si bien la masonería admite la existencia de Dios, lo conciben como un ser impersonal, un principio que gobierna el universo, comprensible para la razón humana. Pero nada tiene que ver con un Dios Creador y Redentor. El Dios de los masones es más una idea que una realidad.
Escribe Héctor Aguer:
Ha sido una táctica permanente de la Masonería procurar infiltrarse en la Iglesia, y frecuentemente ha logrado su objetivo. Suelen hacerse nombres de prelados que son masones o que favorecen los principios de la Masonería. En el Vaticano actual no deben faltar los masones. Pero más importante que las personas es la percepción e impostación de la misión de la Iglesia.
En el siglo XIX la masonería italiana de los carbonarios aprobó un documento llamado "La Alta Venta" o la "Alta Vendita", que por la Providencia cayó en manos del Papa Gregorio XVI. En este documento se establecía un plan para infiltrar la Iglesia católica, colocando a masones en los seminarios, para que, con el tiempo, fueran ordenados sacerdotes y escalando hasta el obispado y el cardenalato, subvirtiendo con modernismo la doctrina católica desde los altos puestos de la Iglesia. El objetivo final era lograr que alguno de ellos llegara, algún día, a la Silla de Pedro, para, desde ahí, demoler la doctrina católica, desviándola hacia la apostasía general, y obligando a toda la Iglesia a seguir hasta el Infierno a ese falso profeta, bajo la bandera de la obediencia debida al "Papa".
Suárez Falcó cita las palabras del masón Eliph Levi. en 1862:
"El día llegará en que el papa... declarará que todas las excomuniones están suprimidas y todos los anatemas retirados. Cuando todos los cristianos estén unidos dentro de la Iglesia, cuando los judíos y los musulmanes sean bendecidos y llamados de nuevo a ella... permitirá que todas las sectas se le acerquen poco a poco y abarcará a toda la humanidad en la comunión de su amor y oraciones.
Parece que ese día está muy cerca o ya ha llegado. Justo esa es la política del actual Vaticano.
Tenemos y hemos tenido muchos masones en la Iglesia, desde sacerdotes y obispos hasta personas con las más altas jerarquías. Aunque se trata de una secta secreta, llegan a conocerse sus nombres, ya sea por documentos de las mismas logias, por filtraciones de algunos de sus miembros, o por sus acciones, completamente en las líneas masónicas.
¿Cuántos masones hay entre la jerarquía eclesiástica de Roma? No lo sabemos con exactitud, pero seguramente serán cientos, sobre todo ahora que el postconcilio han evitado las condenas y se iniciaron mesas de diálogo con la Masonería.
Respecto al número de masones, solo recordemos que en los años 70 del siglo pasado. un periodista ex masón, Mino Pecorelli, publicó una lista con poco más de 120 entre cardenales, obispos y miembros de la curia romana que pertenecían a la masonería y ocupaban puestos de primera importancia, incluyendo al Secretario del Vaticano, al encargado de diseñar la Nueva Misa, y, desde luego, los encargados del Banco del Vaticano.
A Pecorelli le costó la vida esa osadía, pues fue asesinado semanas después de dar a conocer la lista, y posiblemente también a Juan Pablo I, a quien se entregó ese documento.
Para los católicos de "a pie" nos parece difícil comprender cómo es que cardenales y obispos han dado sus nombres a esta secta satánica. ¿Acaso no saben que caen en excomunión automática? ¿Cómo es que siguen ejerciendo sus funciones, con la sonrisa de quien nada debe, y las expresiones fingidas a pesar de saber que han hecho traición a Cristo?
[1] Juan Suárez Falcó. Breve crónica de un golpe de estado masónico en la Iglesia: estudio jurídico-teológico de la renuncia de Benedicto XVI. En: https://gloria.tv/post/NE2pWwDW4wn4181SrP2eQT761
Fabian Vázquez. 06 octubre 2006. La lista Pecorelli ¿causa del asesinato del papa Luciani?. En: https://radiocristiandad.org/2006/10/06/la-lista-pecorelli-%C2%BFcausa-del-asesinato-del-papa-luciani/